martes, 28 de octubre de 2008

Otra visita diferente

Durante nuestro último dia en Cuzco nos separamos. No, no, no os penseis que reñimos. Miguel y Carol estaban un poco fatigados y dijeron que querían tener un día tranquilo paseando por la ciudad. Mientras tanto, a iniciativa de Luis, Adolfo y yo nos fuimos a visitar un proyecto de una fundación que Luis conocía por referencias de una compañera de la ONG con la que el colabora. Así que allí que nos fuimos. Agarramos un taxi y nos fuimos a visitar una clinica fundada por una parroquia en un barrio, digamos, menos turístico de Cuzco. Allí la hermana Paulina nos fue presentando a diferentes intengrantes del equipo médico y nos contó un poco como funcionaba el Policlinico Parroquial Belen. Después conocimos al padre Nicanor que es el parroco y más o menos el jefe de todo aquello. De allí fuimos a hacer una visita a otro hospital al director médico del proyecto que nos habló un poco de las lineas que tenían previsto desarrollar con el proyecto.



La hermana Paulina, el padre Nicanor y Luis.

De allí regresamos al policlínico y nos fuimos de excursión con el "padre" pues quería enseñarnos algunos proyectos que estan desarrollando en diferentes comunidades campesinas. Con José, nuestro chofer, nos subimos a una camioneta un poco desartalada y nos fuimos de excursión. Salimos del valle de Cuzco y lo primero que hicimos fue parar en el mercado de una pequeña ciudad por la que pasamos pues querian llevarle a la gente a la que ibamos a visitar algo de comida.



Continuamos con el viaje mientras el padre nos iba contando experiencias que había tenido durante tantos años de pastoral. Nos salimos de la carretera principal y empezamos a transitar por diferentes pistas de tierra que nos daban a conocer un Perú diferente al que habíamos visto hasta entonces. Pueblecitos donde la gente parace mucho más mayor de lo que realmente es posiblemente envejecidos por la dureza del trabajo del campo. Los niños con la cara sucia pero la sonrisa siempre radiante. Los pies sucios pero la mirada transparente. Viendo esta nueva realidad llegamos a nuestro destino. Un pueblecito en la falda de una colina. Nos encontramos a la gente del pueblo sacando roca de la montaña para construir. Nos enseñaron el horno para hacer pan que estaban a punto de terminar, el sencillo dispensario médico con el que contaban. Conocimos a su alcaldesa. Una mujer viuda que desprendia el carisma necesario para arrastrar al resto de los vecinos a luchar por su propio desarrollo. Almorzamos con ellos sentados al borde del camino mientras nos miraban con la misma curiosidad que nosotros les mirábamos a ellos. Después de ensañarnos a despedirnos en quechua, volvimos a subir a la camioneta y continuamos el camino.

Almorzando



La alcaldesa

Después de unos cuantos coscorrones por los baches llegamos a otro pueblo donde habían creado una escuela agrícola donde enseñaban a jovenes de la comarca a trabajar la tierra, criar animales, cultivar frutales... Conocimos a su director, un chico que no creo que fuese mayor que nosotros y que al parecer era un auténtico experto en la cria de cuis.

De allí nos llevaron a comer a un pueblecito cercano y tras la comida regresamos a Cuzco. Toda una experiencia para completar nuestro viaje por aquellas tierras. A mi fue una jornada que me encantó.



Al llegar a Cuzco hicimos alguna visita cultural más y tras dar un paseo que ya tenía tintes de nostalgia pues añochecía y era nuestro último día allí nos sentamos en una terraza a decidir donde cenabamos. Allí nos asaltaron un grupo de niñas de no más de ocho años que nos querían vender sus artesanías. Mientras comprabamos nos contaron un poco desde la inocencia como era su vida, porque vendían en la calle después del colegio y el camino que les quedaba todavía hasta casa pues vivian en el barrio de los campesinos. Fueron encantadoras. Esas fotos las tiene Adolfo, que me dicen que llegó ayer de nuevo a España pero no voy a poder colgarlas de momento.

Al día siguiente ya cogimos un avión para Lima. Nuestra última parada para volver a España. Allí básicamente nos dedicamos a comer. Una buena comilona un restaurante que se llamaba el punto azul, y después de pasear nos pegamos una señora cena en uno de los mejores restaurantes de la ciudad mientras Mellizo nos contaba cosas acerca de la realidad de Perú. Pero menuda cena. A puntito estuvimos de reventar. Unas copichuelas y a la cama que al día siguiente nos esperaba un largo viaje de regreso a España.

Allí quedaron todavía Adolfo y Luis que podían disfrutar de unos días más de vacaciones y me consta que lo hicieron pero eso que os lo cuenten ellos si quieren.

Una cosa más me queda de contar pero eso será en la próxima entrega. Por demanda popular os voy a presentar a ¡¡¡¡El Gran Apoloooooo!!!!!!

martes, 21 de octubre de 2008

Machu Picchu

Y por fin.... Machu Picchu. Después de pasar varios días en Perú visitando difenrentes enclaves naturales, recintos arqueológicos y ciudades de lo más variado llegó el día de conocer Machu Picchu. La noche antes comentábamos en el hotel que teníamos algún temor de que después de las altas expectativas que nos generaba esa visita tal vez en alguna medida nos decepcionara por todo lo que esperábamos de ella después de tantas fotos vistas y tanta información recibida. Pero en absoluto fue así. Cuando llegas allá arriba y contemplas lo que te tienes alrededor quedas impresionado. Las ruinas, los picchus, toda la geografia que te rodea, el rio... es impresionante. Nosotros tuvimos el "privilegio" de entrar de los primeros y poder disfrutar de todo ello con muy poquita gente alrededor. Fue un momento priviligiado que os contaré enseguida.


Esa mañana madrugamos más que ningún día. A las cuatro de la mañana ya estábamos saliendo de la cama. El motivo: queríamos subir en el primer autobus de la mañana que salía a las cinco y media. A eso de las cuatro y media ya estábamos haciendo cola en la parada del autobus y no eramos los únicos. Allí desayunamos un plátano que cogimos en el hotel y una buena mujer estaba por allí con unos termos de cafe y coca y un rico bizcocho de frutas. A mi me supo a gloria. Mientras desayunabamos comenzó a clarear y allí ya empezamos a vislumbrar un poco de todo lo que nos iba a deparar ese día. Comenzaron a recortarse en la oscuridad las siluetas de las montañas que encajonan el pueblo de Aguas Calientes. Ascendimos con el autobus hasta el recinto arqueológico y a las seis de la mañana abrieron las puertas. Sin prisa pero sin pausa fuimos paseando hasta la entrada del Huayna Picchu para ver como andaba el percar y sopesar nuestras posibilidades de subir hasta allá arriba. Para los que no lo sepais el Huayna Picchu es el pico que más alto se ve en la clásica foto de Machu Picchu. Hay una empinadisima subida hasta allí por escaleras labradas en la piedra hasta unas edificiaciones que se encuentran en el mismo pico de la montaña. El subir hasta allí se había convertido en un reto del grupo y no queríamos perder la oportunidad. La verdad es que todo nos salió de cine. Pudimos elegir la hora de subida (Solo pasan 400 personas al día en dos turnos 7 y 10 de la mañana) que fueron las diez así que nos fuimos a dar un paseo por las ruinas en esos momentos en los que todavía no había mucha gente. Fue una pasada pasear por alli con las primeras luces del día, entre las ruinas, viendo como ascendían las nubes desde el rio. No se la cantidad de fotos que pude hacer durante este rato. Era un intento de poder fijar tantas sensaciones y estimulos que iba recibiendo y que no quería perder. Después de este rato privilegiado teníamos concertada una visita con un guía que nos hizo un pequeño recorrido por el recinto indicandonos las zonas y los usos de las edificacinoes más importantes. Luego tuvimos otro rato libre en el que yo me dedique a vagabundear por allí buscando los rincones menos transitados y luego remonté hasta donde me dió tiempo el antigo camino inca por el que alguna gente llega hasta Machu Picchu andando. Desde allí pude disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad.



A las diez habíamos quedado para iniciar la ascensión al Huayna. Cuando llegué al punto de encuentro me dijeron Adolfo y Luis que Carol y Miguel ya habían tirado para arriba para ir más tranquilos. A nosotros nos toco esperar un poco más y tuvimos que aguantar durante ese tiempo a unos argentinos pesadisimos debatir sobre lo que para cada uno significaba trascendencia y transcendecia. Impresionante. Y comenzamos a subir suavecito primero, una pequeña bajada y luego lo gordo todo para arriba, sin descanso, con los escalones más empinados cada vez. Tengo que decir que resultó duro aunque volvería a subir ahora mismo por repetir la experiencia de estar allí, subiendo por aquel camino en medio de todo aquello (se me ponen los pelos de gallina). El final cada vez se complicaba más, por fin vimos a Miguel arriba y nos alegramos por dos cosas. La primera por que lo había conseguido que durante el camino comentabamos si habria sido capaz de llegar hasta el final y la segunda porque y nos quedaba poquito para llegar a nosotros. Terminamos la ascensión pasando por una cueva en la que entre el cansancio y la mochila pensé que me quedaba atascado y aparecimos en toda la cima del Huayna. Indescriptible la sensación aunque el objetivo de esto sea intentar describirlo.



Te sientes en la cima de todo con algo tan grande e impresionante como Machu Picchu a tus pies. Genial. Tras un momento de descanso y unas fotos comenzamos a bajar que no era nada fácil en algunos tramos por la dificultad del terreno y el cansancio acumulado.



Al llegar abajo Adolfo, Luis y yo todavía nos dimos un paseo por la ciudad y nos sentamos un buen rato a contemplar todo aquello como recargando nuestra memoria con informació e imagines que nos ayudasen a guardar un recuerdo lo más nitido posible de aquello que estábamos viviendo.


Y también hacernos unos Cobra Kein.

De allí y después de siete horas cogimos el autobus hasta el pueblo. Comimos en el garito de un tipo que se hacía llamar Number One... sin comentarios, y luegos nos fuimos a darnos un chapuzon a las termas del pueblo que nos vinieron de lujo. De allí al tren donde nos esperaba un largo, largo camino hasta Cuzco.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Valle Sagrado

El valle sagrado de los Incas es un valle que está junto al de Cusco. En esa zona son todo valles. Como os decía en ese valle hay un montón de edificaciones incas a lo largo del curso de un rio del cual no recuerdo su nombre. Comenzamos la excurisión prontito por la mañana. Cogimos el autobos con unas mochilitas a la espalda pues esa noche la pasaríamos fuera. En el autobus nos encontramos con un guía de lo más particular. Le daba a todo lo que contaba una emociòn y un misterio tremendos. Si aquí se pudiesen meter grabaciones de voz os hacía una imitación estupenda.

El de amarillo es nuestro guía.

La primera parada que hicimos fue en un lugar llamado Pisaq. Antigua ciudad inca encaramada en lo alto de unos riscos. El autobus nos dejó en el aparcamiento y tuvimos una caminata de unos veinte minutos ascendiendo a la montaña por senderos y escaleras excavadas en la roca. La vista desde allí era impresionante. Cuando llegamos arriba casi sin aliento por aquello de la altitud nos enseñaron la zona donde se encontraban las edificaciones religiosas de la ciudad. La verdad es que fue una pena que no nos enseñaran mas cosas porque el lugar es impresionante. Yo me escapé durante un rato que tuvimos libre y según subias te seguías encontrando más y más ruinas en los lugares más insospechados. Precioso. Me encantó. Utilizaban las mismas rocas de la montaña como cimientos de las construcciones y donde menos te lo esperabas te encontrabas con otro edificio, todo rodeado de un entorno impresionante.


De allí nos fuimos a comer y rapidamente partimos del restaurante hacia el segundo punto del viaje que era la ciudad de Olllantaitambooooooo, je, je asi nos lo decia el guia. Ollantantaytambo es un pueblecito que se une con unas laderas donde aparecen las terrazas incas y arriba de estas laderas nos encontramos más edificaciones incas. Subimos hasta la zona más noble de la ciudad y desde allí pudimos ver en la montaña de enfrente unos almacenes de comida que parecía imposible que los hubiesen colocado allí. Parece ser que estaban allí por las condiciones de temperatura y humedad que se dan en esa zona y que permiten conservar los alimentos durante años incluso.


En nuestro lado de la montaña en otra zona había otras construcciones y mientras Miguel y Carol daban un paseito por allí nosotros nos fuimos de exploración y exploramos.


Encontramos una rara especie (para nosotros) de cactus. Yo la pise sin darme cuenta con el talón del pie y se me clavo en la pierna de tal manera que no había forma de quitarlo porque no solo atravesaba el pantalón y el calcetín sino que la tenía enganchada en la piel. Luis tirando como un campeón consiguió quitarmelo pero cuando nos dimos cuenta vimos que ahora se le había quedado enganchado a Luis en la mano y no teníamos forma de quitarselo porque al tirar del cactus nos llevabamos la piel de Luis. Al final conseguimos desacernos del cactus pero nos llevamos de recuerdo unas puas que yo aun conservo en mis dedos como recuerdo de la excursión.


Allí terminamos nuestra excursión. Cenamos algo en el pueblo y nos cogimos un trenecito con dirección Aguascalientes, campamento base desde donde al día siguiente, bien prontito por la mañaña, como siempre, comenzaríamos la ansiada expedición al Machu Pichu. Allí en el pueblo tuvimos una pequeña trifulca con el que sería nuestro guía al día siguiente que Apolo rápidamente consiguió solucionar. Grande Apolo.

martes, 14 de octubre de 2008

Cusco

No quiero engañaros amigos haciendoos pensar que todavía ando por Perú. Ya he regresado del viaje y hoy he vuelto al trabajo (más o menos). Aunque ya estoy aquí en España quiero seguir contandoos como ha ido el viaje, pensado sobretodo en aquellos a los que me es más dificil ver. Por si alguno no se ha dado cuenta ya he añadido alguna foto a los anteriores comentarios. Da gusto estar en casa...

Como dice el título voy a seguir con Cusco. Allí hemos estado más o menos tres días aunque no seguidos ya que en medio nos fuimos a visitar durante dos días el Valle Sagrado de los Incas, pero os voy a contar cuales han sido mis impresiones en Cusco (Ellos lo escriben así y por lo tanto no les voy a llevar la contraria).

Cusco fue la capital del imperio Inca y es por eso por lo que en cuanto te adentras en el casco antigo comienzas a apreciar que todas las casas estan levantadas sobre antiguas construcciones Incas. La basa de todas las casas está formada por las características piedras Inca.


Cuando llegamos a Cusco nos impresionó mucho porque en el primer paseo nos encontramos con la plaza de armas por la noche. Está bellamente iluminada y se compone de diferentes fachadas de iglesias, catedral, universidad y arcos de antiuguas casas coloniales. Es muy bonita y en torno a ella se organiza toda la vida, digamos turística, de la ciudad.



Esa primera noche cenamos allí mismo y he de confesaros que me comí un cuy. ¿Que que es un Cuy? Pues un conejillo de indias que más que ha conejo se parece a un ratón. De echo es el clasico ratón de laboratorio. Es el principal manjar de la zona, ya que era un animal sagrado para los incas y no se que más cosas. El caso es que salvando mis reticencias iniciales me animé junto con Adolfo y Miguel y nos comimos uno cado uno y la verdad es que acertamos porque resultó estar delicioso. Os lo recomiendo.

Durante el resto del tiempo que estuvimos allí nos dedicamos a visitar la catedral, diferentes iglesias y conventos, alguna ruina inca y estuvimos también callejeando por la ciudad. Os diré que me gustó mucho Cusco. Es una ciudad bonita, con lugares interesantes y cuidados para comer y tomar una copa, aunque también hay que reconocer que más de una vez nos toco esperar a que nos trajeran de no se sabe donde aquello que habíamos pedido. En una taberna irlandesa hasta nos trajeron un vasito del Baileys que habiamos pedido de otro bar porque se les había terminado...


Allí en Cusco también nos encontramos finalmente con Apolo. Apolo ha sido nuestro contacto en Perú durante todos los preparativos y el que se ha encargado de organizar a nuestro antojo gran parte del viaje. El regenta una agencia de viajes llamada Apolos tours y aunque nos costó, finalmente le encontramos no en esa agencia que no debe existir como local, sino al fondo de una tienda de recuerdos sentado en una mesa minuscula con unos taburetes de plástico y un ordenador. El hombre estuvo encantador con nosotros y nos siguió ayudando durante los días que pasamos allí.

Por lo demás deciros que allí nos encontramos con alguna fiesta popular y con una huelga general que estuvo de lo más entretenida.



Un abrazo a todos. Seguiré contandoos.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Puno

Hola a todos. No os creais que es facil encontrar un hueco para escribir entre tanto ir y venir contando ademas con la disponibilidad de los ordenadores que nos encontramos por aqui. Lo de las fotos, por mucha rabia que me de, lo veo cada vez mas dificil porque en el ordenador en el que estoy ahora ni tan siquiera tengo un puerto USB para conectar la camara. De todas formas os prometo que no desistire y en cuanto pueda las subire.
Deciros que ahora mismo nos encontramos en Cusco, capital del Imperio Inca y por aquel entonces segun ellos capital del mundo pues Qosco (su nombre primitivo) significaba "ombligo del mundo" Ahi queda eso. Llegamos ayer por la tarde despues de un largo viaje pero como sabeis que llevo un poco de retraso en este pequeño diario de viaje os hablare primero de nuestra anterior parada.
Y nuestra anterior parada fue Puno. LLegamos alli desde Arequipa en autobus recorriendo desiertos, volcanes, lagos... Menudos paisajes. Casi todos inhospitos para nosotros pero para los peruanos es su tierra de toda la vida y te encontrabas gente en los lugares mas insospechados cuidando de sus rebaños de llamas y ovejas simplemente caminando en medio de un desierto sin mas.
Cuando llegas a Puno te das cuenta rapidamente de que es una ciudad que no tiene demasiado que ofrecer. Es conocida porque es la puerta principal al lago Titicaca desde Peru pero en ella no hay nada excesivamente interesante. Colgada en la falda de una montaña que descansa a la orilla del lago te encuentras con una ciudad caotica como muchas otras aqui. Gente por todos los lados vendiendo de todo desde comida cocinada, hasta ropa o neumaticos. Llena por todas partes de taxis a pedales y con mucho polvo por todos lados. El caso es que cuando llegamos y nos instalamos decidimos ir a dar un paseo para conocer un poco el lugar, pues de repente nos dimos cuenta de una de las particularidades de ese lugar y es que no puedes caminar y hablar a la vez. ¿Por que? Pues porque te ahogas. El Titicaca se encuentra a 3.800 metros de altitud y por esas alturas debe de ser que el O2 esta muy caro porque si hablas durante mucho tiempo seguido te ahogas, si andas rapido te ahogas y si subes unas escaleras pues tambien. Cuesta un poco habituarse a esa sensacion pero no te queda otra.
Al dia siguiente cogimos un barquito que nos llevo de excursion por el lago navegable mas alto del mundo (no se cansan nunca de repetirtelo). Comenzamos visitando unas islas muy particulares a excasos veinte minutos de Puno. Las islas de los Uros. Son caracteristicas porque son islas flotantes. Descansan sobre juncos que sus habitantes apilan para vivir alli. Curioso cuando menos pero es real. Cuando subes a una de ellas es igual que cuando mis abuelos me subian al carro de la hierba para pisarla o me mentian en el silo. Alli tienen sus casas (dos o tres por isla) y se organizan por cominades. Alli estuvimos un rato con ellos pero lo cierto es que alli resulta todo un poco artificial y muy preparado para el turista. No me quiero extender pero es seguro que su dia a dia no es como nos lo intentaron hacer ver.



De alli partimos hacia otra isla. Esta mas grande y que no flota, vamos que es una isla de las de toda la vida. (Para explicaros esto me vendrian muy bien las fotos porque es muy dificil de describir) Una isla en medio de un lago gigante rodeado de volacanes y montañas nevadas con aguas cristalinas y pequeñas embarcaciones tradicionales por todos lados.


Desde el puerto habia que subir unas cuantas escaleras hasta el pueblo. Pero unas cuantas son unas cuantas. Entre escaleras y rampas nos tiramos veinte minutos andando que en circunstancias normales no tendria importancia pero que a la altitud a la que estabamos se hacia realmente duro por momentos. La isla es un sitio bastante peculiar porque alli siguen viviendo mas o menos como lo hacian los antiguos incas. No hay policia ni nada de eso. Hay siete comunidades en las que comparten practicamente todo. Te encuentras mogollon de niños por todos lados que te piden un sol por hacerles una foto.



Se nota tambien que esta todo muy preparado para los visitantes pero lo cierto es que tanto la isla como el entorno merecen la pena. Alli comimos y luego de regreso a Puno bien protegiditos del sol que alli pega con alegria. Una cenita (imposible hacerla ligera por mas que nos lo propongamos) y a la cama que al dia siguiente como siempre habia que madrugar.



Mañana ya nos vamos a conocer el valle sagrado de los Incas y al dia siguiente, jueves, ya es cuando subamos a Machu Picchu y esperemos que tambien al Huayna Picchu. Van a ser un par de dias bastante intensos pero yo estoy deseando que lleguen. Ya os contare.
Muchas gracias a todos por los comentarios que escribir. La verdad es que se agradecen pues se os echa de menos.
Un abrazo muy fuerte, Alex.

lunes, 6 de octubre de 2008

Arequipa

Madrugón de primera para llegar a Arequipa a primera hora de la mañana. A las seis de la mañana estábamos bajando del avión 2.600 metros más altos y diez grados de temperatura. Lo mejor para despertarse. Tras un buen desayuno en el hostal (huevos revueltos, zumos naturales, infusiones de coca, frutas, cereales...) nos fuimos bien prontito a darnos una vuelta por la ciudad a la espera de que nos dieran las habitaciones.
Arequipa es una ciudad colonial fundada por los españoles creo que en en el siglo XVII. Tiene muchas edificaciones de estilo colonial casi todas alrededor de la plaza de armas, muchas iglesias y un convento muy peculiar que es el de Santa Catalina que es donde pasamos casi toda la mañana. Es un convento enorme que por dentro es una ciudadela. Llegaron a vivir allí 500 monjas y aunque hoy en día continua habitado la mayor parte de las dependencias ya no se utilizan. Es muy bonito, cada zona de un color y conserva muchos muebles de la época.
La tarde la dediamos a recorrer los alrededores de la ciudad. No es un tour (como dicen por acá) muy común pero nos apetecia conocer un poco como eran las afueras de la ciudad pues es una ciudad eminentemente agrícola. está situada junto a un rio y tiene una tierra muy fertil. Rapidamente captas los contrastes que en este país te encuentras por todos lados pues todo lo que es el cauce del rio esta lleno de huertas y cultivos y seguido te encuentras con el desierto en el que se encuentra esta ciudad y un poco por detrás están los tres volcanes que la rodean que llegan a alcanzar los 6.000 metros de altitud, alguno de ellos aun con nieve a punto de empezar el verano.

Ya bastante cansados, pasamos por el hostal a coger algo de abrigo y nos fuimo a tomar algo a una terraza en la plaza de armas, luego a cenar y pronto a la cama que al dia siguiente había que madrugar de nuevo. La verdad es que madrugamos mucho todos los días pero no se lleva mal. Aqui amanece un poco antes de las seis y a las seis de la tarde ya es de noche cerrada. Hoy que son las ocho y media de la noche ya estamos cenados y preparando las maletas para mañana pero seguro que a las diez ya estamos dormidos así que no os asusteis si me leeís tantos madrugones porque para nada nos está costando. Debemos agradecerselo también al lumbreras que decidió que en Perú no se utilizaban las persianas ni nada parecido con lo que a las seis de la mañana ya tienes la habitación innundada de luz. Hasta Carol que le encanta dormir está siempre super puntual en los desayunos...
Bueno chicos os dejo por hoy. Voy a seguir intentando lo de las fotos.
Un abrazo muy fuerte a todos.

domingo, 5 de octubre de 2008

Lima

Hola chicos. Antes que nada pediros perdón por el retraso que después de la paliza que os he dado para que miraseis este blog resulta que no escribo. El primer día en Lima, aunque si que había acceso a internet lo tenían bloqueado los guiris que había en el hostal y ayer no teníamos ordenador. Pero bueno, una vez disculpado paso a contaros algunas cosillas del viaje.
Tuvimos un viaje muy tranquilo. Son once horas en el avión a las que teníamos bastante miedo por si se hacian demasiado pesadas pero al final nos fue bien aunque salimos de Madrid con hora y media de retraso. Gracias a un familiar de Miguel que trabaja en la compañía con la que volávamos nos dieron dos asientos en primera y los otros dos en una salida de emergencia con lo cual fuimos de lo más estirados así que muy bien ya que al ir cómodos pudimos dormir durante bastante tiempo. Así que muchas gracias al comandante Alarcón que tuvo un montón de atenciones con nosotros ademas de su tripulación. Que chulo me ha quedado todo que rima mogollón.
Lo primero deciros, por ser lo más reseñable, que Lima es un autentico caos. Es sucia, está contaminada y no tiene nada especialmente bonito que ver salvo la plaza de armas, algún convento y la zona de los acantilados junto al mar. Pero bueno os pondré luego algunas fotos de lo que hemos hecho allí ya que es la ciudad que nos ha acogido aquí al llegar a Perú. Ir en taxi por esa ciudad es más emocionante que subir al Dragon Khan. Cada uno hace lo que le da la gana pero eso sí siempre tocando el claxon. No hay ni taximetro ni nada. Cuando te subes negocias con el taxista el precio. Una pasada para lo que nosotros estamos acostumbrados.
Visitamos la catedral, el convento de San Francisco y su catacumbas. Por cierto en este lugar vivió un santo franciscano al que siempre se le representa con un rabel en la mano. Curioso cuanto menos.

Frente al convento de San Francisco
Para comer nos fuimos a un bar que daba al rio y allí comimos el plato tipico no se si de Lima o de todo Perú que es el ceviche que viene a ser un pescado que se come crudo macerado con limón y alguna especia. Comimos también algunos pescados más, tipicos también de la zona y para el postre nos bajamos a la calle pues desde la ventana vimos como se colocaba un puesto de venta ambulante donde vendían arroz con leche y no nos pudimos resistir.

Luego nos dedicamos a callejear un poco por allí y terminamos cenando en casa de Melli (nuestro contacto en Lima) donde recibimos al quinto integrante de la expedición que venía de El Salvador. El Luisón. Alli cenamos unos quesos que nos habíamos traido de España, un poco de cecina de León y un guacamole riquísimo que nos preparó Mariana la novia de Melli. Pero aunque estabamos la mar de agusto nos tuvimos que ir pronto porque al día siguiente nos tocaba madrugar un montón. Agarrabamos el avión para Arequipa a las cinco de la mañana.

Otro largo día nos esperaba por delante.
Debido a la conexión de internet tengo algún problema para subir las fotos pero espero no haceros esperar mucho.
Un beso muy fuerte, Alex.


Paseo matutino junto al Pacífico (Imposible bañarse. Tiene más mierda que el Besaya)

miércoles, 1 de octubre de 2008

¿Y por qué?

Pues porque me voy a PERÚ y me pareció una forma diferente de manteneros al tanto de mis correrías por los Andes. Parece ser que durante casi todo el viaje vamos a disponer de conexión a internet por lo cual es posible que casi cada día pueda contaros alguna cosilla.
Los que me conocéis ya sabéis que no soy yo muy dado a estas modernidades pero me pareció divertido compartir con vosotros y con todos las experiencias de este viaje y otras cosas que vayan surgiendo. Aunque también os diré que no os acostumbréis a tanta prolijidad de notas que uno es un poco ciclotímico para estas cosas.
Del viaje deciros que me voy esta noche y que estaré doce días en aquel país. Todo surgió de la manera más espontanea hablando con el Luisón uno de los últimos días que estuvimos juntos en Madrid y al final se ha convertido en una aventura muy, muy apetecible. Ya os iré contando.

También informaros de que tras un corto periodo de incubación electrónica, por fin, ayer este blog nació al mundo de Google y ya aparezco en ese buscador. Estoy tremendamente emocionado porque ahora ya soy alguien en la red... Muchas gracias a todos por vuestras aportaciones aunque a veces se intuya cierto tonillo de contrariedad y resquemor. No pasa nada. Os perdono.
Espero que vosotros también me contéis cosas a traves de los comentarios. Os echaré de menos.
Un abrazo y hasta Perú.