No quiero engañaros amigos haciendoos pensar que todavía ando por Perú. Ya he regresado del viaje y hoy he vuelto al trabajo (más o menos). Aunque ya estoy aquí en España quiero seguir contandoos como ha ido el viaje, pensado sobretodo en aquellos a los que me es más dificil ver. Por si alguno no se ha dado cuenta ya he añadido alguna foto a los anteriores comentarios. Da gusto estar en casa...
Como dice el título voy a seguir con Cusco. Allí hemos estado más o menos tres días aunque no seguidos ya que en medio nos fuimos a visitar durante dos días el Valle Sagrado de los Incas, pero os voy a contar cuales han sido mis impresiones en Cusco (Ellos lo escriben así y por lo tanto no les voy a llevar la contraria).
Cusco fue la capital del imperio Inca y es por eso por lo que en cuanto te adentras en el casco antigo comienzas a apreciar que todas las casas estan levantadas sobre antiguas construcciones Incas. La basa de todas las casas está formada por las características piedras Inca.
Cuando llegamos a Cusco nos impresionó mucho porque en el primer paseo nos encontramos con la plaza de armas por la noche. Está bellamente iluminada y se compone de diferentes fachadas de iglesias, catedral, universidad y arcos de antiuguas casas coloniales. Es muy bonita y en torno a ella se organiza toda la vida, digamos turística, de la ciudad.
Esa primera noche cenamos allí mismo y he de confesaros que me comí un cuy. ¿Que que es un Cuy? Pues un conejillo de indias que más que ha conejo se parece a un ratón. De echo es el clasico ratón de laboratorio. Es el principal manjar de la zona, ya que era un animal sagrado para los incas y no se que más cosas. El caso es que salvando mis reticencias iniciales me animé junto con Adolfo y Miguel y nos comimos uno cado uno y la verdad es que acertamos porque resultó estar delicioso. Os lo recomiendo.
Durante el resto del tiempo que estuvimos allí nos dedicamos a visitar la catedral, diferentes iglesias y conventos, alguna ruina inca y estuvimos también callejeando por la ciudad. Os diré que me gustó mucho Cusco. Es una ciudad bonita, con lugares interesantes y cuidados para comer y tomar una copa, aunque también hay que reconocer que más de una vez nos toco esperar a que nos trajeran de no se sabe donde aquello que habíamos pedido. En una taberna irlandesa hasta nos trajeron un vasito del Baileys que habiamos pedido de otro bar porque se les había terminado...
Allí en Cusco también nos encontramos finalmente con Apolo. Apolo ha sido nuestro contacto en Perú durante todos los preparativos y el que se ha encargado de organizar a nuestro antojo gran parte del viaje. El regenta una agencia de viajes llamada Apolos tours y aunque nos costó, finalmente le encontramos no en esa agencia que no debe existir como local, sino al fondo de una tienda de recuerdos sentado en una mesa minuscula con unos taburetes de plástico y un ordenador. El hombre estuvo encantador con nosotros y nos siguió ayudando durante los días que pasamos allí.
Por lo demás deciros que allí nos encontramos con alguna fiesta popular y con una huelga general que estuvo de lo más entretenida.
Un abrazo a todos. Seguiré contandoos.
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1 comentario:
Anda que mira que comerte un pobre conejillo de indias y no probar las mollejas de Zamora...eso si que tiene delito!.Pero esta me la guardo para el verano que viene y quiero ver yo con que carita me dices que no te van las comidas raras rey. Con los cerdos que tenemos en España!
Un beso Ainhoalacamorrista.
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