domingo, 30 de noviembre de 2008

Paseo imperturbable

Ayer llegando a casa a las siete de la tarde me encontré con una pelea de adolescentes. Uno de ellos estaba venga a buscar al otro mientras que este solo quería marcharse y evitar el problema. Al final el primero empezó a pegar al otro que solo intentaba apartarse sin nisiquiera devolverle los golpes. Mucha gente pasaba por allí como yo por ser una calle bastante céntrica y seguían caminando mientras observaban la escena. Al final no me quedó más remedio que intervenir porque llegaron justo a donde estaba yo. No tuve que hacer nada. Me puse en medio de los dos y el "agresor" me debió de ver grande porque inmediatamente se dió la vuelta a comentar su hazaña con sus amigos. No hice nada especial pero durante mucho tiempo dudé en intervenir porque en una de esas sabes que puedes acabar con un par de mamporros o con un follón mucho mayor con un grupo de adolescentes.

Ya digo que no quiero contaros mi hazaña porque no existió como tal pero me he pasado toda la noche pensando en la escena. Un chico pegando a otro que solo quería marcharse y todo el mundo que pasaba por allí lo miraba como si fuese un escaparate. Nadie nos pringamos y ante una situación de estas nadie quiere involucrarse aunque veas que en plena calle, a una hora normal un chaval está pegando a otro. Es la indeferencia de los que no queremos que nada perturbe nuestra tranquila existencia. Este mundo de bienestar en el que vivimos nos anestesia de la realidad. ¿Que pasaría si cualquiera de nosotros se viese en esa situación? Yo me he encontrado en ella. De repente un dia a un gilipollas se le cruza el cable y te suelta un puñetazo... Pero no pensamos nunca en eso. Mejor continuar nuestro paseo de fin de semana y comentar más tarde lo mal que está el mundo, ay que ver las cosas que se encuentra uno en la calle a cualquier hora. Pero se ven porque las permitimos, porque hemos abdicado de nuestra responsabilidad con la sociedad y con nuestros vecinos. Si cada día se ven peores cosas en las noticias es porque nos las merecemos, no nos engañemos, tenemos lo que queremos. Quizá no podamos actuar en los conflictos del Congo o de Ruanda pero hay muchas cosas que si podemos cambiar o al menos afrontar y denunciar cada día.

Yo no tengo la solución. Ayer de hecho pensaba que lo mejor era largarme de aquí, formar una especia de comuna aislada de todo y que todo esto continue con su natural evolución. ¿En que terminara? No lo sé pero creo que nos asustaríamos si nos hiciesemos conscientes de en que nos estamos convirtiendo...

lunes, 24 de noviembre de 2008

Ultimas noticias del Perú

Transcribo aquí las impresiones de los últimos días pasados en Perú de Ulises y Baco. Gracias a este último podemos contar con este valiosísimo documento además de con el trabajoso reportaje gráfico. Os dejo con el.

"Tenéis razón. Quizás os debía al menos un resumen de lo que no pudisteis ver en el resto del viaje.
El día 11 de octubre por la noche Luis y yo despedimos a nuestros amigos con todo el dolor de nuestro corazón, bueno con bastante, que no hay que exagerar tampoco. Después de un descontrolado maremágnum de besos y abrazos, nos fuimos tristes y desolados para casa de Álvaro. Tal era nuestro pesar, que de camino buscamos un bar donde ahogar nuestra reciente pena por la partida de los compañeros que viajarían de madrugada. Lo que en aquel garito pasó, aparte de escuchar música que no recuerdo pero que se dejaba oír, y de beber unas cervezas enormes y amargas pero que se dejaban beber, es sencillamente secreto de sumario. Lo que sucede en la cancha se queda en la cancha. El resto de la semana estuvimos alojados en la Calle Grau. Álvaro y Manuela fueron extraordinarios y nos hicieron sentir como en casa. Aprovechamos para ver algunas cosas de Lima que aún no conocíamos. Además del centro, visitamos calles menos turísticas y lugares más puramente limeños donde pudimos tomar el pulso a una ciudad que no deja indiferente.
Conocimos la agencia EFE, donde Álvaro trabaja, y nos informamos de primera mano sobre la reciente y no tan reciente historia del Perú. Cenamos varias noches diversos platos de cocina internacional (entre 2 madrileños, una argentina y un riojano…) y bebimos vinos chilenos y argentinos de diferentes variedades. Y la verdad es que algunos no estaban nada mal. Qué bueno es abrirse y probar los productos que este mundo globalizado nos ofrece! Y saber valorarlos y disfrutarlos en su justa medida! Pero qué difícil es ser humilde siendo riojano y estando acostumbrado a lo mejor a diario! (Bueno, mejor dejamos este tema)

Tuvimos experiencias innovadoras. Al menos para mi fue la primera vez que me afeitaron en mi vida. Un agradable y correcto barbero con 40 años de experiencia, los mismos que la barbería y todo lo que allí había, nos afeitó con pericia y diligencia.
También vimos la galería comercial más impresionante que recuerdo: “Polvos azules”. Ni idea de por qué ese nombre. Está formada por un laberinto de infinitos pasillos con pequeños puestos donde se puede encontrar de todo y buen precio. Y cuando digo de todo no bromeo. Absolutamente cualquier cosa y de cualquier marca. Si, si. Pensar cualquier cosa, que estaba!
Hicimos un viaje de 3 días a la Selva Central. Salimos de Lima por la noche y viajamos en autobús unas 7 horas hasta Tarma. Allí fueron a buscarnos los guías que habíamos contratado el día anterior por teléfono. Perico, el ciclista, y Antonio, el conductor. Desayunamos con ellos un caldo de gallina, que además del caldo, lleva un kilo de pasta, media gallina y un huevo, supongo de esa misma gallina. O de otra, qué más da. Un café, y emprendimos viaje en coche hacia la sierra. Tras varios rodeos por confusiones entre caminos que parecían iguales, un par de averías del coche y alguna parada para recoger las piezas de las bicis que se iban cayendo, llegamos al punto más alto de la jornada a unos 4200m.




El frío era tan impresionante que bajamos a un pequeño pueblo a 3500m, donde montamos las bicis e iniciamos el descenso hasta la población de La Merced, a unos 500m. Pasamos de 0º a 32º, de llevar toda la ropa que teníamos a quitarnos prácticamente todo. De la sierra a la selva. Lo que allí se viene a llamar la “Ruta de los Misioneros”. Toda una experiencia. Gran parte de la bajada de más de 100km la pasamos retirando piedras del camino para que pudiera pasar Antonio, que más de una vez se jugó la vida apurando las ruedas al borde del precipicio. Pasamos por pueblos pequeños donde niños sucios pero alegres nos miraban como si fuéramos marcianos. Conocimos muchos paisanos de las aldeas cafeteras. Perico es por allí toda una institución. Atravesamos ríos profundos y caudalosos donde no siempre había puentes, paisajes montañosos donde la vegetación tapiza y pinta de verde hasta las cumbres, y después de bajar por valles infinitos llegamos, ya de noche, a La Merced.




Buscamos un sitio donde descansar y dormir asimilando y ordenando tantas imágenes acumuladas a lo largo del día. Al día siguiente contratamos otro guía e hicimos un recorrido a pie por una zona de selva cercana a La Merced, remontando un río por el cauce y trepando por innumerables cascadas.




Recorrido corto pero no menos espectacular. Pasamos el resto del día paseando y disfrutando de los riquísimos jugos de las frutas de la región y cenamos Zúngaro, un pescado de río bastante bueno.




El día 17 de octubre volvimos a Lima. Vuelve a subir en autobús hasta más de 4000m, donde por cierto estaba nevando, y baja hasta Lima al nivel del mar.
Y eso es todo. De el día 18 tampoco os puedo contar nada. También es secreto de sumario, al menos para este blog.
Esa noche, a las 00.55h, y después de un minucioso registro por parte de dos policías peruanas, yo cogí el avión más triste de mi vida. El vuelo 577 de la línea Aeroméxico con destino a la más absoluta desolación; partió hacia el norte con mi maleta llena de sueños recién nacidos, con un montón de recuerdos emborronados en un cuaderno donde ya no estaba Machupichu, y con un corazón sellado para siempre. Pero eso es otra historia…"

lunes, 17 de noviembre de 2008

¡¡Exclusiva!!

Gracias a la importantísima y altruista colaboración de nuestro compañero Adolfo estoy en condiciones de serviros uno de los documentos más esperados por todos vosotros. Creía que habíamos perdido la oportunidad de obtener esta imagen pero la pericia de mi compañero de viaje nos brinda la oportunidad de conocer en persona a Apolo y su centro de trabajo. Chicos, este documento no es fácil de conseguir y podéis consideraros unos auténticos privilegiados.
Os dejo una imagen de apolo en su mesa de trabajo.Os podéis fijar también en los diferentes compañeros de oficina de Apolo. Al fondo, detrás de mi hombro se encuentra el tipo del cambio de moneda. Esta foto es genial. Ahora si que ya tenemos al completo un resumen todas las experiencias de nuestro viaje. Muchas gracias Baco.


martes, 11 de noviembre de 2008

Apolo

Allá que vamos con Apolo. Apolo, se llama Apolo no es ningún mote. Regenta una, digamos, agencia de viajes en la Plaza de Armas de Cusco. Entramos en contacto con el a través de un amigo de Miguel que le conocía en una visita a Perú. Os podéis imaginar las risas que nos echamos el día que Miguel, desde entonces Neptuno, nos reenvió el primer correo de Apolo.

Apolo es un tipo bajito y fortachón. Piernas cortas y pecho de toro. Tez oscura igual que su pelo y ojos pequeños, rasgados y vivarachos. Sonríe constantemente pero con una risa un tanto nerviosa, como de timidez. No deja de apartarse el flequillo de la frente con las dos manos aunque a este le queden aun un par de dedos para llegar a molestar en los ojos. Está sentado siempre detrás de una pequeña mesa abarrotada de folletos turísticos y junto a él tiene su ordenador. Esto viene a ser su “agencia de viajes” porque este espacio suyo lo comparte con un bazar de suvenir peruanos y un tipo que te cambia dinero. Hay que reconocer que el lugar no huele muy bien.

Nosotros nos reímos mucho con toda esta historia porque nos calló en gracia su nombre y su manera de expresarse en los correos, siempre solícito y dispuesto ayudar, halagando nuestra formalidad y confesando sus deseos de encontrarnos por fin en su país. Desde que conocimos su existencia nosotros también adquirimos nombres mitológicos. El riojano pasó a ser Baco, Luis el viajero sería Ulises, nuestra chica se convirtió en Afrodita, Neptuno al que he nombrado más arriba y yo que me autodenominé Zeus.

Pero, bromas aparte, Apolo es un tipo íntegro y honrado aunque siempre esté intentando colocarte algún paquete turístico más, alguna visita guiada o un paseo a caballo por no sé dónde. Se preocupa por cómo estás y si estás disfrutando de su país. Parece que fuese responsabilidad suya que el Perú se porte bien y agrade a sus visitantes. Con nosotros se portó genial y por eso os puedo recomendar a todos que si algún día viajáis a Perú confiéis en él porqué os ayudará en todo lo posible. Todos los problemas que se nos presentaron durante el viaje trató de solucionarlos, con mejor o peor suerte, aunque no fuesen responsabilidad suya. Un gran tipo en definitiva.

Con esto termino con el diario (un poco retrasado) del viaje a Perú. Espero haberos servido de entretenimiento y que hayais podido estar un poco al tanto de nuestras andanzas por Perú. De la misma manera que espero que la información os pueda servir para futuros viajes a este impresionante país. Cualquier pregunta que tengáis al respecto estaré encantado de contestarla. Por lo demás deciros que continuaré escribiendo aquí aunque no os puedo adelantar el contenido porque ni yo mismo lo conozco.

P.D. Imposible aportar ninguna foto de Apolo para gran pesar nuestro. Habrá que volver para retratarle.